2019-2023, LA LEGISLATURA DEL BIEN COMÚN

Balance de la Presidenta de Navarra

MARÍA CHIVITE NAVASCUÉS


El 6 de agosto del 2019, tras acordar un programa de gobierno que posibilitó mi investidura, tomé posesión como Presidenta de Navarra y de su Gobierno. Ocho meses después, el 14 de marzo del 2020, se declaró el Estado de alarma. Cuando esta pandemia declinaba, el 24 de febrero del 2022, Rusia invadió Ucrania. De tal modo, presidir Navarra y dirigir su gobierno no ha sido una tarea previsible ni sosegada. La rápida adaptación a las circunstancias y la determinación en la adopción de medidas en la búsqueda de la protección social ha sido la clave que me ha guiado.  

Muchas han sido las noches de desvelo, muchos los días difíciles, pero siempre he sentido el aliento y el apoyo de la ciudadanía. Algunas personas podrán pensar que la legislatura que ahora acaba ha sido la legislatura de la pandemia o la de la guerra de Ucrania. Soy consciente de que estos dos eventos han determinado nuestro quehacer. No obstante, para mí, ha sido la legislatura del bien común.

Consciente de que el COVID y la guerra nos han condicionado en nuestra acción gubernativa, el bien común ha sobresalido como valor emergente. Ha triunfado. Nunca, desde hacía muchas décadas, se había puesto en evidencia la necesidad de actuar de forma conjunta, colectiva e incluso comunitaria para afrontar las crisis que hemos vivido.

Desde la investigación y distribución conjunta de las vacunas en toda Europa hasta los fondos europeos de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Desde las ayudas a empresas y a sus trabajadores y trabajadoras para afrontar el paro económico por causas sanitarias, hasta las medidas para avanzar en una transformación ecológica que nos dé sostenibilidad energética. 

El bien común es un intangible, un valor supremo, que nos obliga a compartir los bienes sociales desde la justicia, la defensa del interés general, el respeto y la protección de la persona y sus derechos. La comunicación, el compartir, la empatía, el mutualismo, la solidaridad es el fluido social que genera lo que entendemos como bien común. Cuando una sociedad entra en crisis, como las que hemos vivido el bien común palía sus efectos devastadores.

De no haber actuado de esta manera estaríamos hablando de otra sociedad, de otra Navarra. No nos acordemos sólo de lo público cuando las cosas van mal; aprovechemos lo público para progresar, para procurar una prosperidad justa. De tal manera, pongamos en valor vivir colectivamente; pongamos en valor nuestras instituciones; pongamos en valor nuestras organizaciones sociales; pongamos en valor nuestros impuestos que nos proporcionan nuestro amparo. En definitiva, pongamos en valor a nuestra Comunidad. 

Una Comunidad, Navarra, que tiene muchos retos por delante. Como el envejecimiento demográfico y las necesidades sanitarias y sociales de este grupo poblacional. También el reto de adaptar nuestro sistema económico y público a la digitalización. Y, junto con ello, afrontar el desafío del cambio climático. Vamos a abordar estos retos, y otros, con decisión y fuerza, siendo siempre conscientes de que no partimos de la nada. Que somos porque fuisteis. Es decir, somos porque recibimos una herencia, un patrimonio de otras personas que antes hicieron Navarra.

Navarra ocupa las primeras posiciones regionales en informes de calidad, sostenibilidad, igualdad… Somos la primera región de España en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se enfocan en vida sana, educación inclusiva, agua y energía asequible, igualdad, erradicación de la pobreza y medio ambiente. Nuestros datos y tasas sobre abandono escolar, práctica de deporte, número de personal médico, tasa de pobreza, tratamiento de aguas residuales, generación de energía renovable, ayudas a cooperación al desarrollo y otros más nos acreditan en esa posición. También Navarra es la región con mayor calidad de vida, según el indicador que realiza el Instituto Nacional de Estadística y que mide dimensiones como el entorno, el medio ambiente, las condiciones materiales de vida, el trabajo, el cuidado de la salud y la educación. Navarra es calidad de vida.

Así pues, nuestro balance de gobierno, nuestra dirección pública, se sustenta en lo que nos ha tocado vivir. Pero en ese intenso viaje hemos aprendido que no hay nada más inteligente que vivir en comunidad; hacer las cosas pensando en el común, no en los intereses privados.  

Como Presidenta de Navarra, puedo afirmar que nuestro pueblo ha demostrado unos valores de solidaridad, resiliencia e innovación a la altura de las crisis vividas. Ha sido un honor presidir un pueblo como el nuestro. También una responsabilidad de la que espero haber estado a la altura.
 

MARÍA CHIVITE NAVASCUÉS